La asociación entre cáncer de cuello uterino e infección por el virus del papiloma humano (VPH) es de las más consistentes en oncología.

La vacuna previene. La detección precoz existe.

 

cáncer de cuello uterino

 

¿Qué es el cuello uterino?  


El cuello uterino es la parte inferior del útero o matriz.

El útero, que tiene forma de pera invertida y forma parte del aparato reproductor femenino, tiene dos partes:

  1. La parte superior o cuerpo, que es el lugar donde crece y se desarrolla el feto
  2. La parte inferior o cuello uterino, también llamado cérvix, que conecta el cuerpo del útero con la vagina.
Aparato-Genital-Femenino

Aparato genital femenino

 

¿Qué es el cáncer de cuello uterino?


El cáncer de cérvix o cáncer del cuello del útero es el crecimiento anormal y descontrolado de las células de la superficie del cuello uterino.

Existen dos tipos principales de cáncer del cuello del útero: el carcinoma de células escamosas, que representa entre el 80 y el 90 % de los carcinomas de útero, y el adenocarcinoma, que representa entre el 10 y el 20 % restante.

Antes del desarrollo definitivo de un cáncer de cérvix, aparecen cambios premalignos en las células, incluso años antes. Estos cambios premalignos, en el caso del cuello del útero, se llaman displasia o neoplasia intraepitelial cervical (CIN).

El tumor maligno puede crecer de varias maneras:

a. Crecimiento local: se puede producir por extensión directa hacia la vagina, con menos frecuencia hacia el cuerpo del útero. Asimismo, puede crecer hacia los lados invadiendo los ligamentos que unen el útero a las paredes de la pelvis. Si crece hacia delante o hacia la parte posterior puede invadir la vejiga o el recto (aunque esto es un proceso tardío).

b. Diseminación linfática: el útero posee una rica red de vasos linfáticos que permiten el drenaje de la linfa a múltiples regiones ganglionares. Esta diseminación linfática se realiza de forma ordenada y se relaciona con el crecimiento del tumor, es decir cuanto mayor es el crecimiento local del tumor mayor es el riesgo de invasión linfática.

c. Diseminación hematógena: esta diseminación es muy poco frecuente. Cuando aparece se produce a través de los vasos sanguíneos, preferentemente hacia el hígado, los pulmones y los huesos.

 

¿Cuáles son los factores de riesgo para el cáncer de cuello uterino?


En muchos casos, el cáncer de cuello uterino se relaciona con factores de riesgo conocidos de la enfermedad. Algunos de ellos son evitables, y ahí es donde radica la importancia de la concienciación de la enfermedad:

 Una historia irregular de exámenes ginecológicos preventivos: las mujeres que no se realizan regularmente el test de Papanicolaou (la citología de cérvix) tienen un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino.

 La infección por el virus del papiloma humano (VPH): algunos tipos de VPH son transmitidos sexualmente y pueden infectar el cérvix. Aunque la infección cervical por el VPH es el principal factor de riesgo para el cáncer de cuello uterino, solo un pequeño porcentaje de mujeres infectadas por el VPH no tratada desarrollará este cáncer.

 Historia de promiscuidad sexual: las mujeres que comienzan a tener relaciones sexuales antes de los 16 años y las mujeres que han tenido muchas parejas sexuales tienen un mayor riesgo de infección por VPH y de desarrollo de cáncer de cérvix. La prevención de las enfermedades de transmisión sexual reduce el riesgo de este cáncer.

 Fumar: el tabaquismo se asocia a un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino.

 Infección por el VIH: las mujeres infectadas por el VIH tienen un riesgo más alto que el resto de desarrollar cáncer de cérvix.

 

¿Qué síntomas tiene el cáncer de cuello uterino?


Las primeras etapas del cáncer de cuello uterino son asintomáticas. Los primeros síntomas identificables de la enfermedad pueden ser:

• Secreción vaginal acuosa o con sangre o con un olor fétido.

Un sangrado vaginal después de las relaciones sexuales o del ejercicio, entre los periodos menstruales o después de la menopausia.

Menstruaciones más abundantes ​​y de mayor duración de lo habitual para la mujer.

Si el cáncer se ha diseminado a los tejidos cercanos, puede aparecer:

Dificultad o dolor al orinar, a veces con sangre en la orina.

Diarrea, dolor o sangrado del recto con la defecación.

Cansancio, pérdida de peso y apetito.

Una sensación general de enfermedad.

Dolor de espalda sordo o hinchazón en las piernas.

Ante un sangrado anormal, flujo vaginal diferente al habitual, o cualquier otro síntoma que dure más de dos semanas sin explicación, se debe consultar con el ginecólogo.

 

¿Cómo se diagnostica el cáncer de cuello uterino?


La combinación de la exploración física del aparato genital femenino junto con la citología de cérvix puede detectar la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino.

Para un diagnóstico exacto, el médico debe examinar visualmente el cuello del útero y tomar una muestra de cualquier anomalía que observe.

Si la biopsia confirma el cáncer, se debe realizar otras pruebas para valorar la extensión de la enfermedad. Estas pruebas pueden ser desde estudios de función hepática y renal en forma de análisis de sangre y orina a  técnicas de imagen para valorar la vejiga, el recto, los intestinos, y la cavidad abdominal. Este proceso se denomina estadificación.

 

¿Cómo se trata el cáncer de cuello uterino?


Como en otras situaciones médicas, un equipo multidisciplinar, que incluirá a un ginecólogo y a un oncólogo, decide el mejor tratamiento para una mujer con cáncer de cuello uterino.

Para ello, el equipo valora muchos factores, entre los que se incluyen la etapa de la enfermedad, la edad del paciente, la salud general de la mujer y el deseo de la mujer de futuras gestaciones. Los tres tratamientos principales para el cáncer de cuello uterino son la radioterapia, la quimioterapia y la cirugía.

 

¿Cuáles son las tasas de supervivencia del cáncer de cuello uterino?


La tasa de supervivencia relativa a 5 años es superior al 90 % en las mujeres con cáncer de cuello uterino invasivo diagnosticado precozmente.

La tasa de supervivencia global a los 5 años de cáncer de cuello de útero es de alrededor del 68 %, teniendo en cuenta la combinación de todas las etapas del cáncer.

 

¿Se puede prevenir el cáncer de cuello uterino?


, el cáncer de cérvix se puede prevenir. Estudios realizados con técnicas de biología molecular de alta sensibilidad y con muestras biológicas adecuadas, detectan la presencia del VPH en prácticamente el 100 % de los casos de carcinoma escamoso de cérvix.

La asociación observada entre VPH y cáncer de cérvix, está entre las más consistentes de las identificadas en oncología, existiendo un consenso creciente en calificarla como causa necesaria, pero insuficiente, ya que no todas las infecciones por VPH persisten o progresan a carcinoma de cérvix.

El VPH puede desencadenar una infección que conduzca al cáncer cervical. Aunque la mayoría de las infecciones por VPH de alto riesgo se cura por sí misma y algunas persisten sin causar ningún cambio celular anormal adicional, otras, sin embargo, terminan desarrollando cáncer cervical aunque hayan transcurrido muchos años desde aquella infección.

La vacunación frente al VPH protege a una persona de la infección futura por los tipos de VPH de alto riesgo de cáncer. No es una vacuna contra el cáncer en sí mismo. Es una vacuna contra una infección que desarrolla cáncer en algunas ocasiones.

La realización de exámenes ginecológicos regulares y la realización periódica de la citología de cérvix son los pasos más importantes para conseguir la detección precoz del cáncer.

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos ofrece las siguientes recomendaciones para la realización de la citología cervical:

• Todas las mujeres deben comenzar la detección precoz del cáncer cervical a los 21 años de edad. La exploración debe realizarse cada 3 años en las mujeres sin antecedentes de citologías anormales. Si se encuentran células anormales o si existe infección por el VPH se debe realizar la determinación más frecuentemente.

•  A partir de los 30 años, las mujeres que han tenido 3 resultados del test de Papanicolaou normales consecutivos deben ser examinadas cada 5 años con un test de Papanicolaou junto a una prueba de detección de los tipos de alto riesgo de VPH . También se acepta la realización de solo el test de Papanicolaou cada 3 años.

Las mujeres que tienen ciertos factores de riesgo, como la exposición a dietilestilbestrol (DES) antes del nacimiento, la infección por el VIH, o un sistema inmunológico debilitado como consecuencia de haber sido sometidas a trasplante de órganos, a quimioterapia o al uso crónico de esteroides, deben continuar con sus revisiones anuales.

Las mujeres mayores de 65 años que han tenido 3 o más tests de Papanicolaou normales consecutivos y ningún resultado del test de Papanicolaou anormal en los últimos 20 años pueden dejar de realizar las medidas de detección precoz del cáncer de cuello uterino. Las mujeres con antecedentes de cáncer de cuello uterino, de exposición al DES antes del nacimiento, de infección por el VIH o un sistema inmunológico alterado deben continuar con las pruebas de detección precoz, siempre y cuando se encuentren en buen estado de salud.

Tampoco es necesaria las medidas de detección precoz de cáncer de cuello uterino en aquellas mujeres a las que se les ha realizado una histerectomía total (extirpación del útero y del cuello uterino) a menos que tengan una historia de cáncer cervical o de lesiones precancerosas. Las mujeres que han tenido una histerectomía sin la extirpación del cuello uterino deben continuar con las pautas anteriores.

 

 ¿Qué es la vacuna contra el cáncer de cuello uterino?


La vacuna contra el cáncer de cuello de útero, está aprobada para niñas y mujeres de 9 a 26 años y protege contra el desarrollo de cáncer de cuello uterino.

La vacuna, que también protege contra las verrugas genitales (y también ha sido aprobada para niños para este fin), funciona mediante la activación del sistema inmune del cuerpo para atacar ciertos tipos de VPH que se han relacionado con muchos casos de cáncer de cuello uterino.

Lo mejor es recibir la vacuna antes del inicio de la actividad sexual. La vacuna se administra en tres dosis en 6 meses (0, 2 y 6 meses)

 

¿Tienes hijas en edad de recibir la vacunación contra el VPH? ¿Crees que se debe vacunar también a los niños? ¿Te realizas las pruebas de detección precoz del cáncer de cérvix con regularidad? Comenta, comparte, cuenta. Tu historia es bienvenida.

¿Por qué este audio?

Desde el momento en que Wham! congregó en su concierto de despedida en Wembley a 72.000 fans en 1986, no se necesitaba ningún acto de fe para prever que George Michael tendría una exitosa carrera en solitario. Pero es que, además, en su debut, Faith incluso sobrepasó las expectativas.

Faith despega con un inicio casi teatral en el que un órgano de la iglesia toca un fragmento de la canción de Wham! Freedom, que recuerda un funeral, para continuar después al ritmo de una guitarra acústica. Puro delirio.

Cause I gotta have faith…

 

 Esta información está proporcionada por medicointernista.es y no es su intención reemplazar el consejo del médico o del profesional de la salud. Por favor, consulte a su médico sobre cualquier condición médica específica. Esta entrada fue publicada el 30 de enero de 2015 y revisada el 8 de diciembre de 2018.

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