El hígado es el órgano sólido más grande del cuerpo. En él se llevan a cabo muchas funciones importantes, entre las que se incluyen:
1. La producción de proteínas de la sangre que ayudan en la coagulación, en el transporte de oxígeno y al sistema inmunológico
2. El almacenamiento del exceso de nutrientes y la reposición de algunos en el torrente sanguíneo
3. La fabricación de la bilis, una sustancia necesaria para ayudar a digerir los alimentos
4. Sirve de almacén del azúcar (glucosa) en forma de glucógeno
5. Libera al cuerpo de sustancias nocivas en la sangre, incluyendo drogas y alcohol
6. Se rompe la grasa saturada y participa en la producción del colesterol
La cirrosis es una enfermedad de desarrollo lento en la que el tejido sano del hígado se sustituye por tejido cicatrizado.
El flujo de sangre a través del hígado cicatrizado se enlentece y se retarda la capacidad de este órgano para procesar los nutrientes, las hormonas, los fármacos y las toxinas naturales. También se reduce la producción de proteínas y otras sustancias producidas por el hígado.
La cirrosis, finalmente, evita que el hígado funcione correctamente.
¿Qué causa la cirrosis?
Las causas más comunes de cirrosis son las infecciones crónicas víricas del hígado (hepatitis B y C), el hígado graso asociado a la obesidad y a la diabetes y el abuso del alcohol. Además, cualquier circunstancia que dañe el hígado puede causar cirrosis, incluyendo las siguientes enfermedades:
- Fibrosis quística
- Enfermedades de almacenamiento de glucógeno, en la que el cuerpo es incapaz de procesar el glucógeno (una forma de azúcar que se convierte en glucosa y sirve como una fuente de energía para el cuerpo)
- El déficit de alfa-1-antitripsina (una enzima específica en el hígado)
- Enfermedades causadas por el funcionamiento anormal del hígado, como la hemocromatosis, en la que el exceso de hierro se absorbe y se deposita en el hígado y otros órganos, y la enfermedad de Wilson, producida por una acumulación anormal de cobre en el hígado.
- La obstrucción de la vía biliar. El conducto biliar transporta la bilis formada en el hígado hacia el intestino, donde ayuda en la digestión de las grasas.
- Los episodios repetidos de insuficiencia cardiaca, con la congestión hepática secundaria.
Aunque es menos probable, otras causas de cirrosis pueden ser reacciones a medicamentos, la exposición prolongada a las toxinas ambientales o infecciones por parásitos.
Las personas que beben mucho alcohol ¿acaban siempre con cirrosis?
La mayoría de las personas que beben grandes cantidades de alcohol dañan el hígado, de alguna manera, pero no todas estas personas tienen cirrosis.
En general, alrededor del 30 % de la gente que bebe de 250 a 500 mL de licor u otras bebidas alcohólicas al día durante 15 años o más acabará con cirrosis.
Las mujeres que beben en exceso tienen un riesgo mayor que los hombres.
Las personas que tienen hepatitis B o C son más propensas a sufrir daño hepático por el alcohol.
¿Cuáles son los síntomas de la cirrosis?
Los síntomas dependen de la gravedad del daño hepático.
En las fases iniciales, los pacientes pueden estar asintomáticos. De forma progresiva, el paciente se encuentra cansado, sin energía, sin apetito, puede tener molestias digestivas y perder peso y masa muscular.
Cuando la enfermedad está avanzada, el paciente se encuentra siempre enfermo, no puede hacer una vida normal y aparecen, entre otros, los siguientes síntomas:
- Ictericia. Coloración amarillenta de la piel por la incapacidad del hígado de eliminar la bilirrubina de la sangre.
- Cambios en la piel. Dilataciones vasculares, sobre todo en mejillas, tronco y brazos. Además, puede aparecer enrojecimiento de las palmas de las manos y pulpejos de los dedos. Las uñas tienen un tono más blanquecino.
- Retención de sal y agua. Acúmulo de líquido en las extremidades inferiores (edemas) y en al abdomen (ascitis).
- Facilidad para el sangrado. Al fallar el hígado, es frecuente el sangrado por las encías, por la nariz y la aparición de hematomas con golpes suaves.
- Algunos pacientes presentan hemorragias internas graves, sobre todo en el aparato digestivo por rotura de varices en el esófago o el estómago. Las varices son unas venas dilatadas que aparecen en el esófago como consecuencia de la cirrosis. La vena porta, que conduce la sangre a través del hígado, como está fibrosado, soporta mucha presión ( se produce la hipertensión portal). El flujo de sangre, entonces, busca otros caminos para llegar al corazón sin atravesar el hígado y aparecen las varices esofágicas. La hemorragia por rotura de varices esofágicas son graves, pueden ser mortales y requieren ingreso en un hospital para su tratamiento.
- Cambios en la conducta y en el nivel de consciencia. El hígado retira de la sangre sustancias tóxicas para el cerebro. Si el hígado fracasa, estas sustancias producen una intoxicación cerebral manifestada por insomnio nocturno, somnolencia diurna, cambios en la conducta y en el humor, desorientación y progresiva disminución del nivel de consciencia, que puede llegar al coma. Esta complicación, que se llama encefalopatía hepática, es grave y requiere ingreso hospitalario.
- Cambios en la función sexual. Debido a los cambios hormonales y a la desnutrición, es frecuente la pérdida del deseo y de la potencia sexual, en los varones, y de la menstruación y de la fertilidad, en las mujeres. Además, en los varones, puede producir aumento del tamaño de las mamas, que a veces es doloroso.
- Desnutrición. El hígado es muy importante en la absorción y aprovechamiento de los nutrientes que ingerimos. Por ello, en fases avanzadas, los cirróticos están desnutridos y pierden mucha masa y fuerza muscular.
La cirrosis es el factor de riesgo más importante para la aparición de cáncer de hígado.
¿Cómo se diagnostica la cirrosis?
1. Examen físico. Durante la exploración física, el médico puede observar cómo está el hígado o lo grande que es. Un hígado cirrótico es desigual e irregular, en vez de liso, a la palpación.
2. Análisis de sangre. Si el médico sospecha cirrosis, se realizará un análisis de sangre para comprobar si hay enfermedad hepática.
3. En algunos casos, se realizan otras pruebas de imagen del hígado, como la tomografía computarizada (TC) o una ecografía.
4. En ocasiones es necesario, para llegar al diagnóstico, la realización de una biopsia hepática, cogiendo un pequeño fragmento de tejido para su posterior análisis en el microscopio.
5. En otros casos, la cirrosis se diagnostica durante la cirugía, cuando el cirujano es capaz de ver todo el hígado. El hígado también puede ser inspeccionado a través de un laparoscopio, un dispositivo de observación que se inserta a través de una pequeña incisión (corte) en el abdomen.
¿Cómo se previene la cirrosis?
Las medidas más importantes que puede llevar a cabo una persona para prevenir la cirrosis son:
√ No consumir alcohol en exceso.
√ Aquellos que tengan alguna enfermedad hepática crónica, deben consultar periódicamente con su médico por si es una enfermedad tratable, cuya progresión se pueda evitar (enfermedad alcohólica o hepatitis B o C, por ejemplo).
√ Evitar el comportamiento sexual de alto riesgo, como el contacto sexual sin protección con múltiples parejas.
√ Tener cuidado con los productos químicos sintéticos, como productos de limpieza y pesticidas. Si se entra en contacto con productos químicos de manera regular, se debe usar ropa protectora y una mascarilla.
√ Vacunación contra la hepatitis B.
√ La mala alimentación, por lo general asociada con el alcoholismo crónico o con el abuso de drogas, puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de la cirrosis. Se debe consumir una dieta baja en grasa, bien equilibrada y con un adecuado aporte de vitaminas.
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¿Por qué este audio?
Piano Man es una canción interpretada por el cantante estadounidense Billy Joel. Fue lanzada en 1973 como el primer sencillo de su álbum Piano Man.
La canción narra de forma ficticia la vida de Joel después del fracaso de su primer álbum Cold Spring Harbor. Joel trabaja como pianista en un bar y conoce a varios personas quienes comparten con él sus fracasos.
Porque el abuso del alcohol puede ser un recurso de fácil acceso para los que, como Joel, se sienten fracasados.
Esta información está proporcionada por medicointernista.es y no es su intención reemplazar el consejo del médico o del profesional de la salud. Por favor, consulte a su médico sobre cualquier condición médica específica. Última modificación: 23 de marzo de 2015 a las 23:27 h.
…me ha quedado la duda, de que una vez diagnosticada, si se trata de algo crónico o de una “enfermedad” que se puede curar.
¡qué buena la del piano man! 😉
La cirrosis hepática es una enfermedad crónica. Una vez se ha instaurado, una vez diagnosticada, lo único que se puede hacer es evitar la progresión; las cicatrices que ya se han producido son irreversibles. Es decir, la mejor manera de no tener la cirrosis es incidir sobre los factores que la provocan. Ni todos los factores que la facilitan acaban desarrollándola, ni todos los pacientes con esos factores de riesgo acaban enfermos. Y lo que sí está en nuestra mano es llevar una vida saludable para minimizar el riesgo de caer enfermos.
¡Cómo me gusta tu comentario sobre la banda sonora que acompaña! Muchas gracias, Tomae.
La cirrois crónica no tiene cura. Yo la tengo desde el 2010 y fibrosis, pero llevo sin probar el alcohol 7 años. No sé qué pasará. A lo mejor me sale un CHC. ¡No lo sé!