La reciente aparición del virus del Ébola Zaire en África Occidental ha sido una sorpresa en una región más conocida por su endémica fiebre de Lassa, otra fiebre hemorrágica vírica causada por un conocido arenavirus.

 

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Sin embargo, la región había sido ya testigo de la actividad del virus del Ébola. A mediados de la década de los 90, los científicos descubrieron el virus del Ébola Côte d’Ivoire (ahora conocido como virus Ébola del Bosque Taï) como causa de un solo caso no fatal identificado en un investigador que llevaba a cabo una autopsia en un chimpancé infectado.

El episodio sirvió para iniciar una investigación importante en los alrededores de la región del bosque de Taï, un esfuerzo que fracasó en la identificación del reservorio de esta nueva especie de Ébola.

Desde ese incidente, los países de África Occidental no habían comunicado ninguna evidencia de la presencia del virus Ébola.

 

Epidemiología

El virus se transmite por contacto directo con los líquidos corporales infectados, como la sangre, la saliva, el sudor, la orina o los vómitos. El origen del caso índice aún es desconocido.

El portador del virus del Ébola podría ser un tipo de murciélago de la fruta que está presente en toda África Central y Subsahariana. El paso a los seres humanos se produce, probablemente, a través del contacto directo con los murciélagos, con sus excreciones, con sus secreciones o por contacto con otros huéspedes finales, como los grandes simios.

El período de incubación varía de 2 a 21 días, aunque lo más normal es que sea 5 a 12 días.

Debido a la deficiente infraestructura, las preocupaciones de bioseguridad asociadas a los procesos de cuidado frente al caso sospechoso y el enfoque esencial en la contención de la enfermedad durante los brotes, ha habido poca investigación empírica para dilucidar la patogénesis de la infección por el virus del Ébola humano. Los modelos de la enfermedad más próximos que nos pueden ayudar a entenderla se dan en los monos cynomolgus y en los macacos rhesus, que presentan signos clínicos de fiebre hemorrágica viral cuando se infectan con la mayoría de los virus del Ébola. El virus del Ébola Zaire es uniformemente letal en estos macacos y los expertos han asumido que su patología y fisiopatología se parecen mucho a los de las infecciones por virus del Ébola en los seres humanos.

 

Síntomas y datos de laboratorio

Los seres humanos infectados por virus del Ébola se presentan, inicialmente, con síntomas inespecíficos como fiebre, vómitos y diarrea grave, y con hemorragia visible que aparece en menos de la mitad de los casos, como en el brote actual.

La inmunosupresión (que facilita la aparición de otras infecciones y dificulta la defensa), el aumento de la permeabilidad vascular (dando lugar a edema en distintas partes del cuerpo) y la alteración de la coagulación (lo que facilita la hemorragia) han sido identificados como sellos distintivos de la enfermedad. En general, existe evidencia de hemorragia microscópica, pero el grado de sangrado varía desde indetectable a agudamente visible.

El término de reciente introducción “la enfermedad del virus del Ébola” no transmite la gravedad de una fiebre hemorrágica viral, un síndrome clínico que deben dar lugar a pautas de aislamiento que aseguren el manejo apropiado de los casos y a la aplicación de las medidas de control de la infección.

 

Diagnóstico

En ausencia de estrategias de intervención eficaces, el diagnóstico se convierte en un elemento clave en nuestra respuesta a la infección por el virus del Ébola. La detección se basa, en gran medida, en un análisis de sangre que incluya las técnicas moleculares que utilizan la reacción en cadena de la polimerasa, que se pueden utilizar en los sitios donde se produzca  el brote. La detección de antígeno (la parte del virus que está dentro del organismo infectado y que es suceptible de ser identificada) se puede realizar en paralelo o servir como prueba confirmatoria para el diagnóstico inmediato, mientras que la detección de anticuerpos (la respuesta que el organismo hace frente a la infección) es una prueba secundaria que resulta especialmente importante en la vigilancia.

La detección molecular depende, en gran medida, de la conservación de la secuencia del gen del virus, y las técnicas actuales pueden fallar cuando se aplican a las nuevas variantes, tanto de cepas como de virus. Por lo tanto, el intercambio en tiempo real de la información, en particular de los datos de la secuenciación, es absolutamente fundamental para nuestra capacidad de respuesta, ya que cualquier retraso podría tener consecuencias desastrosas para la salud pública. Además, el diagnóstico sigue siendo esencial en una situación que consume tiempo en la identificación de los contactos durante un brote, más allá de lo que suponga el superar los obstáculos para la resinserción de los supervivientes en su comunidad.

 

Tratamiento

En la actualidad no existe una vacuna ni un tratamiento autorizado para la infección por el virus del Ébola. Por lo tanto, el tratamiento es sintomático. Durante la última década, sin embargo, múltiples opciones terapéuticas han demostrado una eficacia prometedora en modelos de virus del Ébola en macacos, y algunos de estos trabajos están en las fases iniciales de ensayos clínicos en humanos.

 

¿Y ahora qué?

El último brote de virus del Ébola Zaire en África Occidental ha demostrado una vez más la capacidad limitada de los sistemas de salud pública para responder a las enfermedades transmisibles poco comunes, altamente virulentas. Los sectores médicos y de salud pública necesitan con urgencia mejorar la educación y la vigilancia. Y los procedimientos de diagnóstico rápidos y fiables deben ser implementados en las regiones clave, dentro o cerca de las áreas en las que estos virus son endémicos, para que los sistemas locales de salud pública no tengan que depender de los laboratorios de referencia distantes, que deberían desempeñar un papel más confirmatorio en un futuro. Además, para optimizar las capacidades de diagnóstico y de respuesta, es fundamental que la información sea compartida en tiempo real, como lo fue durante la pandemia del síndrome respiratorio agudo grave y durante los brotes recurrentes de gripe.

A pesar de años de investigación sobre el virus del Ébola todavía no es posible administrar vacunas o tratamientos para la población en situación de riesgo o para los equipos de ayuda médica. Si vamos a practicar la medicina de vanguardia, en lugar de simplemente controlar los brotes, tenemos que avanzar en enfoques adecuados hacia la aprobación y la concesión de licencias. Esta brecha debería cerrarse en los próximos años, si podemos seguir avanzando antes de que el Ébola, o un virus relacionado, ataque de nuevo.

 

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¿Por qué este audio?

Imaginar África y recordar Out of Africa conforman una unidad en mi pensamiento. Hubiera colgado la BSO completa, pero la limitación del espacio me obliga a escoger. Y Mozart, en su Concierto de Clarinete en La mayor (K 622), me transporta a las imágenes recogidas en tan preciosa película. Pero, de nuevo, la limitación del espacio disponible me obliga a poner solo el fragmento que John Barry incluye en el álbum. Que sirva de aperitivo.

 

Esta información está proporcionada por medicointernista.es y no es su intención reemplazar el consejo del médico o del profesional de la salud. Por favor, consulte a su médico sobre cualquier condición médica específica. Última modificación: 8 de diciembre de 2014 a las 19:47 h.

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