Bañistas. Fernando Botero

Esteatohepatitis no alcohólica, o cómo la grasa produce inflamación hepática

 

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es una enfermedad inflamatoria crónica que engloba un espectro de patologías que van desde la acumulación simple de grasa o esteatosis hepática, pasando por la esteatohepatitis no alcohólica y la fibrosis, hasta alcanzar, en las fases finales de la enfermedad, la cirrosis.

En la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) la infiltración grasa provoca inflamación  y tejido fibroso en el hígado. Los niveles de los enzimas hepáticos en la sangre pueden estar más elevados que los observados en la esteatosis hepática.

 

¿Quién padece la esteatohepatitis no alcohólica?

Aunque los individuos que abusan del alcohol pueden sufrir un daño hepático parecido, la esteatohepatitis no alcohólica acontece en personas que consumen poco o nada de alcohol.

La causa exacta es desconocida. Sin embargo, se observa con mayor frecuencia en individuos con cierta predisposición,  como los que tienen diabetes, obesidad o resistencia a la insulina.

Se desconoce cuántas personas, realmente, tienen esteatohepatitis no alcohólica, ya que es una enfermedad que no provoca síntomas. Sin embargo, esta dolencia se diagnostica entre el 7 y el 9 % de los norteamericanos que se ha realizado a una biopsia hepática por cualquier otro motivo.

– La mayoría de los individuos tiene entre 40 y 60 años, aunque la enfermedad también puede ocurrir en niños mayores de 10 años.

– La esteatohepatitis no alcohólica se da con más frecuencia en mujeres que en hombres.

 

¿Qué facilita la aparición de esteatohepatitis no alcohólica?

La causa de la esteatohepatitis no alcohólica se desconoce, pero se detecta más frecuentemente en personas con alguno de los siguientes factores:

– Obesidad: más del 70 % de las personas con esteatohepatitis no alcohólica son obesos. La mayoría de estas personas obesas tiene un peso superior al 10-40 % de su peso ideal.

– Diabetes: hasta el 75 % de las personas con esteatohepatitis no alcohólica tienen diabetes tipo 2.

– La hiperlipidemia: hasta el 80 % de las personas con esteatohepatitis no alcohólica puede tener hiperlipidemia (niveles de triglicéridos o colesterol altos en sangre).

– Resistencia a la insulina: la resistencia a la insulina se refiere a un estado en el cual el cuerpo no responde adecuadamente a la insulina. Esta situación, a menudo, acompaña a la hiperlipidemia en los individuos obesos. La hiperlipidemia, la obesidad y resistencia a la insulina conforman el  conocido síndrome metabólico, que se observa con frecuencia en personas con esteatohepatitis no alcohólica.

– Fármacos y toxinas: varios medicamentos usados ​​para tratar patología médica se han relacionado con esteatohepatitis no alcohólica, entre los que se encuentran la amiodarona, el tamoxifeno, el maleato de perhexilina, los corticoides (como la prednisona y la hidrocortisona) y los estrógenos sintéticos. Los pesticidas que son tóxicos para las células también se han relacionado con la esteatohepatitis no alcohólica.

La mayoría de las personas con esteatohepatitis no alcohólica no tiene síntomas

En alguna ocasión, la esteatohepatitis no alcohólica se diagnostica en personas que consultan por fatiga, sensación de malestar general y una vaga molestia en la parte superior derecha del abdomen. Pero no está claro que estos síntomas estén relacionados con la propia enfermedad.

 

¿Qué pruebas son necesarias para el diagnóstico de esteatohepatitis no alcohólica?

La esteatohepatitis no alcohólica se descubre, a menudo, haciendo un análisis de rutina de laboratorio. Algunas pruebas complementarias ayudan tanto a confirmar la presencia de la enfermedad como a descartar otros tipos de patología hepática.

1.  Las pruebas de imagen, como la ecografía, la tomografía computadorizada o la resonancia magnética pueden revelar la acumulación de grasa en el hígado, pero no pueden diferenciar esteatohepatitis no alcohólica de otras causas de enfermedad hepática que tienen una apariencia similar.

2. Pruebas de función hepática: el análisis de sangre sirve para medir los valores de las sustancias producidas o metabolizadas por el hígado. Estos valores pueden ayudar a diagnosticar y a diferenciar esteatohepatitis no alcohólica de la hepatitis asociada al alcohol. Los niveles de dos enzimas hepáticos (la aspartato aminotransferasa  o AST y la alanina aminotransferasa  o ALT) están elevados en alrededor del 90% de las personas con esteatohepatitis no alcohólica.

3. Otros análisis de sangre: algunos análisis de sangre adicionales son útiles para descartar otras causas de enfermedad hepática.  Habitualmente se solicita la serología de la hepatitis vírica (hepatitis A, B y C), aunque también se suelen realizar otras pruebas para descartar causas menos comunes de enfermedad hepática.

4. La biopsia hepática: aunque las pruebas complementarias puedan sugerir el diagnóstico de esteatohepatitis no alcohólica, a veces es necesario realizar una biopsia del hígado para confirmarla.  La biopsia del hígado también es útil para determinar la gravedad de la inflamación, detectar cicatrización (fibrosis o, cuando es grave, cirrosis), y puede proporcionar detalles sobre la evolución de la enfermedad. El procedimiento consiste en la recogida de una pequeña muestra de tejido del hígado, que se envía a un laboratorio para el examen microscópico y para realizar pruebas bioquímicas sobre el tejido.

5. El fibroscan es un examen no invasivo que utiliza ultrasonido para determinar la dureza del hígado. Esta rigidez, procesada con un software apropiado, sirve para estimar la cantidad de cicatrices que hay en el hígado y para determinar si se ha desarrollado cirrosis. Donde esté disponible, el fibroscan es una alternativa a la biopsia hepática para detectar cicatrización hepática.

 

El control de los factores asociados, pieza clave para el tratamiento de la enfermedad

No existe una cura para la esteatohepatitis no alcohólica.

Algunos estudios sugieren que las personas que beben café tienen un menor riesgo de desarrollar cicatrices en el hígado, por lo que algunos investigadores apuntan que el consumo moderado de café podría ser beneficioso.

En la actualidad, el tratamiento de la esteatohepatitis no alcohólica se centra, por una parte, en controlar algunos de los factores asociados, como la diabetes y la obesidad, y por otra, en el seguimiento de la progresión.

1. Pérdida de peso: la reducción de peso puede ayudar a disminuir los niveles de los enzimas hepáticos, mejora la resistencia a la insulina y puede mejorar la calidad de vida. La pérdida de peso debe ser gradual (de hasta 1,6 kg por semana), ya que la pérdida rápida de peso se ha asociado con el empeoramiento de la enfermedad hepática.

2. El tratamiento de la resistencia a la insulina: varios medicamentos que están disponibles para las personas con resistencia a la insulina se están estudiando en pacientes con esteatohepatitis no alcohólica.  Pero su papel en esta enfermedad aún no está aprobado.

3. Vitamina E: para las personas con formas graves de esteatohepatitis no alcohólica y que además también tienen diabetes o enfermedades del corazón, a veces se recomiendan suplementos de vitamina E.  Algunos estudios que apuntan que la vitamina E podría reducir algo del daño hepático que se produce como consecuencia de la esteatohepatitis no alcohólica, pero la evidencia es débil, y también se sabe que altas dosis de suplementos de vitamina E aumentan el riesgo de muerte. Por todo ello, no se debe tomar vitamina E salvo que el médico lo recomiende.

4. Otros fármacos: varios medicamentos nuevos se están estudiando en pacientes con esteatohepatitis no alcohólica, pero ninguno ha demostrado aún ser beneficioso en estudios grandes y a largo plazo.

Como ocurre con la esteatosis hepática, las personas con esteatohepatitis no alcohólica deben ser vacunadas contra la hepatitis A y B si no son ya inmunes.

 

¿Cómo evoluciona la esteatohepatitis no alcohólica?

La esteatohepatitis no alcohólica es una enfermedad crónica, es decir, es un proceso que va a persistir durante muchos años. Además, resulta difícil predecir un curso evolutivo, debido, en buena medida, a que no existen unos marcadores realmente útiles para evaluar dicha progresión.

Afortunadamente, la mayoría de las personas con esteatohepatitis no alcohólica no desarrollará problemas hepáticos graves. Un estudio demostró que la mayoría de las personas con esteatohepatitis no alcohólica vive tanto como las que no la tienen. Por otra parte, las pruebas de función hepática se mantienen estables en el tiempo en la mayoría de estos pacientes.

Sin embargo, la esteatohepatitis no alcohólica puede progresar en algunos pacientes. Un estudio que valoraba el daño hepático en la evolución con el tiempo demostró que la enfermedad mejoró en el 3 % de la población, se mantuvo estable en el 54 % y se agravó en el 43 % de los individuos.

La complicación más grave de la esteatohepatitis es la cirrosis, que ocurre cuando el hígado pierde su textura y se convierte en un órgano rígido y duro, con detrimento de su función normal. Entre el 8 y el 26 % de las personas con estatohepatitis va a desarrollar cirrosis y son las mujeres diabéticas y de edad avanzada las que parecen tener un mayor riesgo.

 

¿Tienes alguna duda? ¿Quieres aclarar algo? Tus espacio está un poquito más abajo. 

 

¿Por qué este audio?

Everything but the Girl (EBTG) fue un dúo inglés formado en la ciudad de Hull en el año 1982, compuesto por su cantante principal y, en ocasiones, guitarrista Tracey Thornn y el guitarrista, teclista y vocalista Ben Watt.

Son muy recordados por su álbum Amplified Heart, publicado en el verano de 1994, especialmente por el exitoso tema Missing que les confirió reconocimiento internacional. Pero la versión que aquí suena es la publicada en el album Like The Desserts de 2003.

Y la traigo aquí  para seguir complaciendo a quien se que le gusta esta pieza, como segunda parte en la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

 

Esta información está proporcionada por medicointernista.es y no es su intención reemplazar el consejo del médico o del profesional de la salud. Por favor, consulte a su médico sobre cualquier condición médica específica. Última modificación: 9 de noviembre de 2014 a las 20:02 h. 

 

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