Entrada invitada
En esta sección de Médico Internista, se cede la palabra a expertos en otras áreas que enriquecen la perspectiva de este sitio.
Miguel A. Rizaldos, psicólogo clínico y 2.0 por excelencia, es uno de los profesionales de la salud más activo en la red. Tengo el enorme placer de que haya aceptado colaborar en esta iniciativa con este artículo sobre el el papel del familiar en la atención al alcohólico que se está deshabituando.
Podéis conocer mejor su trabajo en www.rizaldos.com y en @MRizaldos.
Esta es la presentación que ofrece en su blog:
Hola, soy Miguel Angel Rizaldos Lamoca psicólogo especialista en psicología clínica.
Tengo una experiencia de más de 20 años como psicólogo clínico.
En las siguientes líneas os quiero resumir mi trayectoria así como mis proyectos actuales.
Profesional
Gran parte de mi trayectoria profesional la he dedicado al trabajo en la rehabilitación psicosocial de personas con enfermedad mental grave y duradera en el Centro de Rehabilitación Psicosocial “La Elipa”, Dirección General de Servicios Sociales, Comunidad de Madrid.
En cuanto a la docencia, soy tutor de prácticas de las facultades de psicología de las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid.
También participo en el programa de formación de los Médicos Internos Residentes (MIR) de psiquiatría y de los Psicólogos Internos Residentes (PIR) varios hospitales universitarios de Madrid (Hospital Dr. Rodríguez Lafora, Hospital Ramón y Cajal y Hospital La Paz).
Colaboraciones
Me apasiona la divulgación la psicología en general y la clínica en particular. Creo firmemente en la potencialidad de Internet como herramienta para llegar a mas personas y hacer mas accesible la Psicología (Psicología 2.0). Por ello divulgo contenidos en las redes sociales (facebook, twitter, blog, linkedin).
También colaboro como Psicólogo Clínico en distintos medios de comunicación (prensa, radio y TV):
- El Hufftington Post
- ABC
- Revista Niños de Hoy
- Radio 5 RNE Programa “Mujeres Malditas”
- Tiempo en Familia del canal 12 de SALUDTV Aster de República Dominicana.
- Bienestar Integral Revista digital de México
Agradezco profundamente, desde aquí, su amable colaboración y su buen hacer, segura de que este artículo os va a gustar y os va a ayudar.
La familia del alcohólico
Una persona con dependencia del alcohol es un individuo al que la bebida le causa problemas en su vida personal, familiar y social. Ha perdido su capacidad de abstenerse y de detenerse con el alcohol, sufriendo una dependencia, tanto física como psíquica. No puede pensar, comprender, estudiar, trabajar, ni distinguir el bien y el mal. El alcohólico es un enfermo que puede recuperarse, fundamentalmente para él, para su familia y para la sociedad.
Si tu familiar ha iniciado o quiere comenzar un tratamiento por el problema del alcohol, quizás se empiece a notar mejor física, mental y emocionalmente. La fase de desintoxicación es importante y tras conseguirla, el alcohólico estará comenzando a sentirse un poco más optimista según vayan desapareciendo los síntomas de la abstinencia.
Pero ¿cómo está el resto de la familia? ¿Cómo estás tú?
Seguro que te encuentras lleno de sentimientos entremezclados, unos positivos y otros negativos. Puede que sientas algún alivio y esperanza, pero puede que todavía sientas enfado y rechazo si la comunicación entre ambos se ha roto. Puede que la comunicación con tu familiar, hasta ahora, siempre haya terminado en discusiones o sin dirigios la palabra.
También es posible que te sientas hasta, de alguna forma, culpable por no haber conseguido que tu familiar deje de beber, incluso aunque lo hayas intentado con todas tus fuerzas y de todas las maneras.
Muchos se sienten mal porque no han conseguido que su familiar deje de beber.
A menudo, los hijos se culpan a sí mismos por los problemas de bebida de sus padres o madres. En definitiva, los familiares estáis bajo la carga de un gran estrés.
Ya le habías oído prometer con anterioridad que iban a dejar de beber. También es probable que tengas miedo de que entren en tratamiento y que no se vaya a conseguir ningún cambio duradero.
Muchas personas como tú dudan en confiar y en arriesgarse a seguir perdiendo, si os comprometéis a apoyar al familiar alcohólico e, incluso, dudan en hacer algún tipo de cambios en ellos mismos.
Es muy natural que todos los familiares tengan estos sentimientos positivos y negativos.
Por eso, es muy importante para toda la familia entrar a formar parte de los programas de tratamiento o ayuda.
Al incorporarte al programa, tendrás la oportunidad de expresar tus sentimientos y compartirlos con otros parecidos, con los que tienen los demás familiares.
• Verás que no estás a solo.
• Podrás aprender cosas importantes sobre el alcohol y los problemas de la bebida.
• Conocerás modos de comunicación más efectivos.
• Tendrás herramientas para saber cómo manejar mejor tus emociones y deseos para ayudar a tu familiar a mantener su abstinencia. Sobre el paciente cae la responsabilidad de no beber alcohol pero, seguramente, tú también puedes brindarle ayuda con tu apoyo.
COMO TRATAR Y APOYAR LA SOBRIEDAD
El objetivo, ahora, es mostrar como toda la familia puede tratar y apoyar la sobriedad.
Cada uno de los familiares pueden tener sentimientos y actitudes contradictorias acerca de la bebida. Es necesario que se expresen esos sentimientos y actitudes.
Las familias también pueden hacer cambios para ayudar a la persona a que mantenga la sobriedad, sin poner en peligro su propio bienestar. Se deben facilitar los canales de comunicación e intentar cuidarse los unos a los otros. Las responsabilidades de los familiares deben redistribuirse. El tiempo de ocio y disfrute no debe reducirse ni eliminarse.
Es necesario que toda la familia se implique en el tratamiento.
RAZONES PARA CAMBIAR
Conseguir cambios es algo difícil para toda la familia. Es necesario tiempo y esfuerzo, asumiendo que existen riesgos. Por ello, toda la familia debe sentir que sí se necesitan cambios.
Haced un listado de las cosas negativas que eliminaréis si todo el mundo decide apoyar la sobriedad y hacer cambios.
CONFIANZA
Se necesitarán mucho tiempo para que puedas confiar en que tu familiar alcohólico se mantenga sobrio. Es normal que tengas muchas dudas, debes reconocerlo con naturalidad.
Si estas nervioso porque desconfías que tu familiar siga bebiendo, es bueno que lo expreses. Por ejemplo, puedes decir:
“Has hecho un gran esfuerzo para permanecer sobrio. He disfrutado estando a tu lado todo este tiempo. Sin embargo, has llegado tarde varias noches después de salir del trabajo y pareces bastante preocupado. Me pregunto si estás teniendo problemas con la bebida otra vez”.
Esta forma de expresar la preocupación puede que anime a tu familiar a discutir la situación bastante mejor que si tú estás enfadado, hueles su aliento o si le miras de arriba a bajo y te guardas tus sospechas.
La confianza necesita un cierto tiempo para poder recuperarse. Se lo debes transmitir a la persona con problemas de alcohol cada cierto tiempo, especialmente si sienten que no te fías de que no beba.
COMUNICACIÓN
Para la mayor parte de los alcohólicos, uno de los mayores obstáculos para conseguir la sobriedad y mejorar las relaciones es el problema de la comunicación, ya que esta no ha existido mientras bebía. Las quejas y algunos sentimientos no comunicados puede que, poco a poco, comiencen a crecer hasta convertirse en problemas sin solución.
Como familiar, puede que estés cometiendo errores al no comunicar lo que sientes por temor a que pueda influir en la sobriedad.
Tienes que tener en cuenta algunos malos estilos comunicativos que debes evitar en el futuro:
- No escuchar o aparentar que se está escuchando a quien habla.
- Tomarse a broma los problemas del otro
- Evitar los enfrentamientos para no tener problemas.
- No hablar claro, dando respuestas que no tienen mucho que ver con lo que se pregunta.
La comunicación clara y directa aumenta la posibilidad de que la sobriedad pueda llegar a alcanzarse.
El objetivo es aprender a expresarse del modo más claro posible y aprender a escuchar con empatía (poniéndose en el lugar del familiar) y sin enjuiciar.
Algunas veces será necesario interrumpir una discusión y continuarla más tarde cuando te encuentres tranquilo y en paz con tu familiar. De lo contrario, la discusión puede convertirse en una batalla ineficaz.
HACER CUMPLIDOS
Cuando conseguimos avances, por pequeños que sean, nos gusta tener a alguien que nos diga que estuvo bien y que aprecia nuestro esfuerzo. Esto ayudará a tu familiar a tener interés para volver a esforzarse.
Halaga lo positivo que veas, por simple que te parezca.
No olvides que la recompensa hace sentirse bien a tu familiar y facilita que continúe realizando cambios constructivos.
RECONOCIMIENTO Y DESARROLLO DE LOS CAMBIOS
Es importante para toda la familia renunciar a los viejos comportamientos que no resultaron eficaces en el pasado. Debes valorar los cambios que tanto tú como tu familia os gustaría que se produjeran en vuestra relación.
Para poder conseguir que las cosas sigan por el buen camino, es importante que hagas una lista de todos aquellos cambios que te gustaría que cada miembro de la familia realizase.
Hay dos reglas que tienes que tener en cuenta a la hora de hacer la lista de cambios:
- Habla de los cambios que quieres con tu familiar con problemas de alcohol para asegurarte que los acepta y comprende
- Pide los cambios que quieres de verdad, y no lo que crees que tu familiar quiere.
La siguiente es una lista de posibles cambios que los miembros de la familia pueden llevar a cabo para mejorar la calidad de la sobriedad y de las relaciones familiares:
- Mejorar la comunicación, expresando del modo más directo posible los pensamientos y sentimientos de cada uno de vosotros. Interrumpir la conversación, si se vuelve demasiado conflictiva, y retomarla más tarde.
- Escucharse cuidadosamente los unos a los otros, respetando las diferencias de opinión.
- Reservar un momento del día sólo para hablar.
- Establecer objetivos día a día.
- Premiarse a corto y a largo plazo.
- Dedicar algún momento del día solo para relajaros.
- Comenzar a compartir responsabilidades de nuevo.
- Mejorar las actividades de ocio y tiempo libre, tanto individuales como conjuntas.
- Hacer cumplidos para mejorar los buenos sentimientos.
- Establecer compromisos de modo que todo el mundo salga ganando.
- Desarrollar planes de seguimiento para poder mantener los cambios alcanzados.
- Hablar abiertamente de los problemas relacionados con el alcohol. Tratar directamente temas como cuándo los miembros de la familia deben beber, si debe guardarse alcohol en casa y si debe irse a ciertos tipos de fiestas o reuniones sociales.
- Hablar acerca de las tentaciones e impulsos de beber y apoyar los cambios positivos que se vayan consiguiendo.
- Dejar que sea la persona con problemas de alcohol quien asuma la responsabilidad de beber o no beber.
La constancia es la virtud por la que todas las otras virtudes dan su fruto.
Fuente: Orientaciones a familiares y pasos terapéuticos para ayudar al enfermo alcohólico. Gerardo Aznar Rivera
Miguel Ángel Rizaldos
Psicólogo Clínico con 20 años de experiencia.
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#menospastillasmasterapia
Autor de @MiniGuiaPapas
Colabora @ElHuffPost
¿Qué te ha parecido? ¿Estás en una situación parecida? Tus comentarios enriquecen el espacio. Ya sabes, tú haces Médico Internista.
¿Por qué este audio?
Princesa
“Después de escrita, tardé mucho en cantarla y grabarla porque pensé que se me había ido la mano en el tono agresivo contra la chica. Fue el público quien la impuso. Hoy es insustituible en mis conciertos.”
Letra: Joaquín Sabina
Música: J. A. Muriel
Disco: Juez y Parte (1985)
Esta información está proporcionada por medicointernista.es y no es su intención reemplazar el consejo del médico o del profesional de la salud. Por favor, consulte a su médico sobre cualquier condición médica específica. Última modificación: 26 de marzo de 2015 a las 00:27 h.
Yo sobre el alcoholismo no soy gran experto, pero sí de familiares drogodependientes. Así que no puedo hablar con conocimiento de causa.
No obstante, lanzo una pregunta: al final, concluyendo, ¿quién acaba siendo dependiente de quién, la persona que sufre alcoholismo de la familia, o la familia de él?
Souzo, muchas gracias por compartir tu experiencia, y yo sí creo que puedes hablar con conocimiento de causa. La drogodepencia es devastadora para los familiares de los que la sufren, como el alcoholismo lo es.
Quizás sea Miguel Ángel el más apropiado para contestarte, u otros psicólogos que se han pasado por aquí. Pero desde mi experiencia con familiares de los pacientes que he tratado por enfermedades relacionadas con el alcohol, puedo decirte que el alcoholismo afecta a la persona y a todo lo que está a su alrededor. El único apoyo que tiene el paciente es su propia familia, por muy doloroso que resulte la experiencia para los sanos que están cerca. Hazte una pregunta: ¿dejarías en la cuneta a tu familiar con cáncer? ¿o estarás siempre a su lado, en la medida en la que él lo necesite y en la medida en la que él te requiera? Trata al alcohólico como si de cualquier otro enfermo se tratara, hazle saber que estás con él aunque te destroce, nunca dejes de tenderle tu mano aunque te la arranque, ofrécele tu ayuda sin esperar que la acepte, y respeta, sin enjuiciar, su decisión de seguir con el alcohol, por duro e incomprensible que te parezca. Es más, desde mi punto de vista, incluso cuando el alcoholismo lleva pareja violencia, las personas que están cerca deben ofrecerle la ayuda para salir de esa terrible situación. Son los únicos que de verdad pueden ofrecer un rayo de esperanza a los que sin saber por qué se ven envueltos en esta compleja enfermedad.
Miguel, gracias por tu colaboración.
Me he fijado en eso de la sobriedad por aquello de (sobrio/ebrio) y me ha hecho pensar en la sobriedad entendida como virtud, que si se toma como actitud en la vida puede ser un atenuante para no caer en ese ¿vicio? …
También me pregunto por si un excesivo estar pendiente (familiares) puede ocasionar un efecto negativo.
Un Saludo.
Olga, te parecerá una casualidad (a mí, también) pero va, la chica de las encuestas, y la tía me llama. No sé de qué agencia era, pero me sonó algo como Wistonson, o algo que tenía una W en el nombre, bueno no importa. Lo bueno del caso, y yo que pensaba que era la chica de ONO con su fibra y su óptica, es que se trataba de una encuestadora que preguntaba sobre el alcoholismo; por lo que quería traer mi comentario aquí y allí.
Te cuento.
Me preguntó lo siguiente (dos puntos):
-Mi tramo de edad. La sabía, y la acerté.
-Mi comunidad Autónoma. Esa era fácil, también me la sabía y la dije (empieza por C y acaba por “atalunya” o uña, según sea-s) esto último no se lo dije.
-Mi situación personal sobre la Seguridad Social. (Aunque no me lo dijo así, yo lo intuí porque venía a pedirme si (dos puntos otra vez y en línea), si soy Autónomo, Jubilado, TRABAJADOR POR CUENTA AJENA, o estoy en el Paro. Yo le dije lo que le dije, pero sin mayúsculas, ya me entiendes.
– Me preguntó qué nivel de consumo diario de alcohol o bebidas alcohólicas (o su equivalente en bebidas) me parecía a mí como consumo para considerar que alguien es un alcohólico. Yo dije que tres medianas (de cerveza y sin citar ninguna marca, pues no consideré que fuera necesario ni dar publicidad ni menoscabar la imagen de ninguna Estrella, San Migueles o Maho…por citar algo) Y hablando de Maho ¡qué guapa sale Cristina Rosenvirge en ese anuncio! ¿No te parece?
– Ya por último, y ya acabo me pregunta si el alcoholismo, es un vicio, una enfermedad, un vicio que acaba siendo una enfermedad, o una enfermedad que acaba siendo un vicio. La respuesta a esa pregunta te la dejo a ti, o a quien lo lea ¿de acuerdo?
Buen Finde a todos!!!
PD: como en el comentario del otro post, he retirado lo de la cerveza, que este espacio no vive de anuncios publicitarios ni de banners, Tomae 🙂
Hola Tomae. Lo cierto es que estos días he dado un baile de datos que puede resultar hasta confuso, para el que lo lee la primera vez. En la segunda publicación sobre el alcohol, la de luces y sombras que te enlazo aquí, comentaba una clasificación de los consumos de alcohol en función de las unidades de bebida al día, de manera que una mediana de cerveza sería el equivalente a 1,5 unidades de alcohol, por la graduación de la bebida y por la cantidad, como viene reflejada en la tabla que adjunto. Así, los consumidores de alcohol se clasifican en:
• Bebedor prudente: menos de 21 unidades por semana
• Bebedor moderado: de 21 a 35 unidades por semana
• Bebedor excesivo: de 35 a 50 unidades por semana
• Alto riesgo de alcoholismo: más de 50 unidades por semana
Si bebes tres medianas al día (sin citar marcas) tienes un consumo de 4,5 unidades al día, es decir, 31,5 unidades por semana. Eso te convierte en bebedor moderado, pero el alto riesgo de alcoholismo lo tienen aquellos que beben más de 50 unidades por semana.
Por otra parte, en el primer artículo sobre el alcohol que publiqué a principios de marzo y que también te enlazo aquí, hablaba sobre Test Audit que permite evaluar la dependencia de una persona hacia el alcohol. Es un test muy sencillo de realizar y es el que se ha empelado en la encuesta que se ha realizado desde el Ministerio para conocer el consumo, las percepciones y las opiniones de la población española ante las drogas, y entre las drogas evaluadas está el alcohol. Recuerda que si pinchas en el texto en azul sobre la palabra Test Audit se te abre un enlace con el test del que te hablo.
Aunque un consumo elevado de alcohol te facilita el ser alcohólico, o dependiente de esa sustancia, otras circunstancias deben darse en cuanto al patrón de consumo, para que ello se produzca.
Un vicio es todo aquello que hacemos que nos perjudica aún siendo conscientes de que nos está perjudicando. Y la enfermedad es la pérdida de salud. A veces los vicios facilitan las enfermedades (alcohol-cirrosis; tabaco-cáncer), pero en este juego de palabras que has entrado, la última premisa la considero falsa: el alcoholismo es una enfermedad, pero no acaba siendo un vicio.
Un saludo, Tomae. Que tengas un buen fin de semana tú también.