Reconocida desde hace tiempo como una de las principales causas de muerte, la neumonía se ha estudiado intensamente desde finales de 1800. A pesar de esta investigación y del desarrollo de agentes antimicrobianos, la neumonía sigue siendo una de las principales causas de complicaciones y muerte.

 

Neumonía

 

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es un síndrome en el que la infección aguda de los pulmones se desarrolla en personas que no han sido hospitalizadas recientemente y que no han estado ingresadas en una residencia de ancianos, o en centros donde convivan pacientes de cualquier otro tipo.

 

Panorama de la neumonía


La neumonía es una infección de los pulmones. También se le llama pulmonía o bronconeumonía.

Es una enfermedad grave que puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más peligrosa en los niños muy pequeños, en las personas mayores de 65 años y en aquellos con problemas médicos subyacentes, como enfermedad cardíaca, diabetes y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Es más común durante los meses de invierno, en los fumadores y en los hombres.

Cerca de cuatro millones de casos de NAC se producen cada año en Estados Unidos, y aproximadamente el 20 % de las personas con NAC requiere hospitalización.

 

¿Cómo afecta la neumonía a la respiración?


Durante la respiración normal, el aire se inhala por la nariz y por la boca y, a través de la tráquea y los bronquios, llega a los bronquiolos. Los bronquiolos terminan en unos pequeños sacos de aire, los alveolos. Estos saquitos tienen paredes delgadas y porosas que contienen unos pequeños vasos sanguíneos llamados capilares. Es donde se realiza el intercambio gaseoso.

 

Árbol respiratorio normal y con neumonía

 

 

La boca y el árbol respiratorio están constantemente expuestos a microorganismos, ya que el aire se inhala por la nariz y por la boca. Sin embargo, las defensas del organismo suelen ser capaces de evitar que los microorganismos entren en las partes más profundas y lleguen a los pulmones. Estas defensas incluyen el sistema inmune, la anatomía de la nariz y de la faringe (que ayuda a atrapar a los microorganismos y las partículas del aire impidiendo que lleguen más abajo), la capacidad de toser, y unas estructuras similares a pelos finos llamados cilios, que están situados en las células de los bronquios.

La neumonía aparece si las defensas no son adecuadas, si se está expuesto a un microorganismo particularmente fuerte, o si uno se expone a un gran número de microorganismos.

A medida que los microorganismos se multiplican, el sistema inmunológico responde enviando glóbulos blancos (leucocitos) a los alvéolos. Los alvéolos infectados se inflaman (se llenan de leucocitos, proteínas, fluido y hematíes). Estos cambios agudos conducen a los síntomas de la neumonía.

 

¿Tenemos todos el mismo riesgo de neumonía?


Algunos adultos tiene un mayor riesgo de desarrollar neumonía. Los grupos de alto riesgo de neumonía incluyen a aquellos:

Mayores de 65 años.

Fumadores.

Desnutridos por alguna enfermedad o por falta de acceso a los alimentos.

Que tienen una enfermedad pulmonar subyacente, como la fibrosis quística, el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Con otros problemas médicos subyacentes, como la diabetes o enfermedades del corazón.

Que tienen un sistema inmunitario debilitado debido a infección por VIH, trasplante de órganos, quimioterapia, o por el uso crónico de esteroides.

Con dificultad para toser por un accidente cerebrovascular, fármacos sedantes o alcohol, o los que tienen una movilidad reducida.

Que han tenido una infección vírica reciente del tracto respiratorio superior, como una gripe, por ejemplo.

Causas de neumonía


La neumonía puede estar causada por una gran variedad de microorganismos, entre los que se encuentran virus, bacterias y, con menor frecuencia, hongos.

La causa más común de neumonía es la bacteria Streptococcus pneumoniae (también llamada neumococo). Entre otras bacterias que conducen a neumonía se encuentra el Haemophilus influenzae, la Legionella pneumophila  y el Staphylococcus aureus. El Mycoplasma, que normalmente ocasiona una neumonía leve, a veces puede causar una enfermedad más grave.

Se calcula que los virus son responsables de menos del 20 % de los casos de NAC del adulto. La gripe es una causa común de neumonía vírica.

Los hongos rara vez causan neumonía en personas sanas; las personas con un sistema inmunológico debilitado (VIH positivos, trasplantados de órganos, los que reciben quimioterapia) tienen un mayor riesgo de infección por hongos.

Se debe informar al médico si ha viajado recientemente o si se ha vivido en un área donde cierto tipo de neumonías es más común (por ejemplo, fiebre del valle o la coccidioidomicosis, en el suroeste de Estados Unidos, o el síndrome respiratorio de Oriente Medio, en la Península Arábiga).

El riesgo de neumonía causada por microbios nuevos, los llamados «agentes patógenos emergentes», cambia con el tiempo, y el médico debe saber si se ha estado recientemente en alguno de los lugares que pueda suponer un mayor riesgo de contagio por alguno de esos gérmenes emergentes.

 

¿Qué me pasa cuando tengo una neumonía?


Los síntomas más frecuentes de la neumonía son: fiebre, escalofríos, dificultad para respirar, dolor con la respiración, aumento de la frecuencia cardíaca y de la frecuencia respiratoria, náuseas, vómitos, diarrea y tos que a menudo se acompaña de esputo verde o amarillo; de vez en cuando el esputo puede ser del color del óxido.

La mayoría de la gente tiene fiebre (temperatura superior a 38 ºC), aunque la neumonía en las personas de edad avanzada a veces curse sin fiebre.

También se puede producir escalofríos y un cambio en el estado mental, como confusión o pensamiento confuso.

 

Cuando el médico piensa en la neumonía…


La neumonía suele diagnosticarse con la historia clínica completa, la exploración física y con una radiografía de tórax.

La necesidad de realizar otras pruebas depende de la gravedad de la enfermedad y del riesgo de complicaciones de la persona.

 

Radiografía de tórax 

La radiografía de tórax o, a veces, otro estudio por imagen, como una tomografía computarizada (TC), se utiliza para el diagnóstico de la neumonía cuando la historia y la exploración física también apoyan el diagnóstico.

 

Cultivo de esputo 

El cultivo esputo requiere una muestra de esputo obtenida de una tos profunda. Se utiliza para identificar las bacterias que causan la neumonía y puede ayudar a determinar qué antibiótico es mejor.

 

Prueba del antígeno en orina 

Un análisis de orina permite, mediante la determinación del antígeno de algunas bacterias,  el diagnóstico de la neumonía causada por dos bacterias, el Streptococcus pneumoniae y la Legionella pneumophila. Esta prueba es fácil de realizar y proporciona resultados rápidos.

 

Análisis de sangre 

Los pacientes que están hospitalizados requieren análisis de sangre, que incluya un hemograma completo y, a veces, un cultivo de sangre (hemocultivo). El hemograma mide la cantidad de varios tipos de células sanguíneas, entre los que están los glóbulos blancos (leucocitos); estas células pueden aumentar en número cuando hay una infección bacteriana. También sirve como marcador de respuesta al tratamiento que se inicia.

El hemocultivo se utiliza cuando se sospecha que la infección se ha extendido desde los pulmones hacia el torrente sanguíneo. Se trata de tomar una muestra de sangre de una vena y cultivarlo en medios enriquecidos en el laboratorio para obtener el crecimiento de las bacterias. En condiciones normales no debe haber bacterias en el torrente sanguíneo. Los hemocultivos permiten identificar las bacterias que han causado la neumonía y orientar la elección del antibiótico.

 

Medición del oxígeno de la sangre 

La neumonía puede disminuir la cantidad de oxígeno disponible en la sangre. El nivel de oxígeno en sangre se mide, a menudo, de forma indirecta, mediante la fijación de un pequeño clip en el dedo o en la oreja que utiliza luz infrarroja (pulsioxímetro). En aquellos que están más enfermos, el nivel de oxígeno se mide mediante el análisis de una muestra de sangre de una arteria (gasometría arterial).

 

Broncoscopia 

Los pacientes que presentan de entrada una neumonía grave, que no mejoran o que empeoran durante su hospitalización a pesar del tratamiento antibiótico pueden requerir otras pruebas adicionales, como la broncoscopia.

En este procedimiento, el médico utiliza un tubo delgado y flexible con una cámara para ver la tráquea y los bronquios. Esto permite ver directamente la parte más interna del árbol respiratorio, recoger muestras del moco profundo o incluso hacer una biopsia para determinar si existe una causa subyacente de la infección, como un crecimiento anormal del tejido o un cuerpo extraño inhalado.

 

Tratamiento de la neumonía


El objetivo del tratamiento para los pacientes con NAC es tratar la infección y prevenir las complicaciones.

El tratamiento inicial de la NAC se basa en el organismo que pueda estar causando la neumonía, llamado tratamiento empírico. La mayoría de los pacientes mejora con el tratamiento empírico.

 

¿Necesito hospitalización?

La mayoría de los pacientes recibe tratamiento antibiótico por vía oral  en casa. Las personas que están gravemente enfermas o que tienen un mayor riesgo de complicaciones suelen ser hospitalizadas.

En el hospital se realiza una monitorización de las frecuencias cardíaca y respiratoria, de la temperatura y de los niveles de oxígeno. Los pacientes hospitalizados reciben, generalmente,  antibióticos intravenosos durante los primeros días de ingreso hospitalario.

El número de días que el paciente requiere hospitalización es variable y depende de cómo se va respondiendo al tratamiento y de si existen problemas médicos subyacentes.

 

La elección  del antibiótico 

Disponemos de una serie de pautas de tratamiento antibiótico para el tratamiento de la NAC. La elección del antibiótico a utilizar se decide en función de varios factores, como la existencia de problemas médicos subyacentes y de la probabilidad de estar infectado por una bacteria que sea resistente a ciertos antimicrobianos.

Las personas con problemas médicos subyacentes y aquellos que han utilizado antibióticos en los últimos tres meses tienen un mayor riesgo de infección por bacterias resistentes a los antibióticos.

Pero ante cualquier pauta de tratamiento antibiótico elegida, lo más importante es terminar todo el curso de la medicación y tomarla según lo indicado.

 

 


Este tema fue actualizado el 16 de mayo de 2015.¦ Revisión de la literatura: abril de 2015.

1. Mandell LA, Wunderink RG, Anzueto A, et al. Infectious Diseases Society of America/American Thoracic Society consensus guidelines on the management of community-acquired pneumonia in adults. Clin Infect Dis 2007; 44 Suppl 2:S27.

2. File TM. Community-acquired pneumonia. Lancet 2003; 362:1991.

3. Wunderink RG, Waterer GW. Clinical practice. Community-acquired pneumonia. N Engl J Med 2014; 370:543.

4. Musher DM, Thorner AR. Community-acquired pneumonia. N Engl J Med 2014; 371:1619.


 

¿Tienes alguna duda? ¿Quieres hacer algún comentario? En Médico Internista, tu espacio de debate está un poquito más abajo. Hoy te enlazo a la segunda parte de la publicación, Cuando la neumonía se complica, para que debatas allí.

 

¿Por qué este audio?

Head over Feet es una canción de la cantante canadiense Alanis Morissette, escrita con Glen Ballard, quien la produjo para el tercer álbum de Morissette Jagged Little Pill.

Fue lanzada como quinto sencillo a nivel internacional y el sexto en Estados Unidos. La canción tiene un sonido más suave que los anteriores singles del álbum. Se convirtió en el primer número uno de Morissette en el Billboard Adult Top 40 y encabezó el Top 40 Mainstream.

“I met Glen Ballard after having been set up to meet him by Kurt Denny. From the moment I walked into the studio, I knew this was the place to find true expression to what was happening in all aspects of my life. Such a relief and an inspiration. The respect Glen has for the artist, the expression, and the encouragement he showed me on a daily basis to just go for it…”

Alanis Morissette

Porque te estoy agradecida.

 

Esta información está proporcionada por medicointernista.es y no es su intención reemplazar el consejo del médico o del profesional de la salud. Por favor, consulte a su médico sobre cualquier condición médica específica. 

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