Se define telemedicina como la prestación de servicios de medicina a distancia. Para su implementación se necesita de la tecnología, tanto de la información como de las comunicaciones.
La palabra procede del griego τελε (tele), que significa distancia, y medicina.
La telemedicina abarca procesos tan sencillos como que dos profesionales de la salud comenten un caso por teléfono, hasta otros más complejos, como la utilización de avanzada tecnología en comunicaciones e informática para realizar consultas, diagnósticos y hasta cirugía a distancia y en tiempo real.
Y como servicio, puede beneficiar a todos los pacientes de un sistema sanitario, pero, sobre todo, a las personas mayores y a los pacientes crónicos. Y es en este punto importante dónde entra en juego la gestión remota de pacientes.
La gestión remota permite a los pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión, cardiopatías o problemas respiratorios, monitorizar su estado de salud en su domicilio y comunicar los resultados a los médicos en tiempo real a través de un dispositivo móvil.
Gestión remota de pacientes: una gran idea que tiene dificultades en su implantación
Los sistemas sanitarios tienen en común el llamado triple objetivo de mejorar tanto la experiencia de los pacientes como la salud de una población cada vez más envejecida, además de reducir el coste per cápita.
A pesar de que la gestión remota de pacientes responde perfectamente a dichos objetivos, su implantación sufre retrasos en todo el mundo. ¿Por qué?
Esa es la cuestión que abordan Jaume Ribera y Elena Reutskaya en un estudio encargado por el Centro para la Investigación en la Gestión de la Innovación en el Sector Sanitario del IESE y Accenture en colaboración con Telefónica. El informe recoge los resultados de una encuesta realizados a pacientes y a profesionales de la salud.
Otros estudios realizados en Reino Unido, Estados Unidos y España indican que el uso correcto de la gestión remota puede reducir entre un 14 y un 20% las visitas a urgencias, además de rebajar el número de ingresos, el tiempo de hospitalización y los costes de mortalidad. Por eso es por lo que la mayoría de pacientes y profesionales ve con buenos ojos la gestión remota.
Los participantes en el estudio creen que puede mejorar la calidad de la atención médica, además facilitar a los pacientes un mejor control de su enfermedad. En concreto, los profesionales se mostraron entusiasmados con la mejora de la eficiencia del sistema y la descongestión de los hospitales que lleva aparejada la gestión remota.
Discrepancias entre profesionales y pacientes
A pesar de ello, los autores hallaron algunas diferencias significativas entre profesionales y pacientes en cuanto a la percepción de la gestión remota.
Aunque los profesionales especulaban que solo un tercio de sus pacientes estaría dispuesto a usar la gestión remota para monitorizar su enfermedad, el 70% de los pacientes respondió que sí la probarían. Destacan por su valoración, ligeramente más positiva que el resto, aquellos con cardiopatías y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
De todas formas, los pacientes expresaron una serie de preocupaciones, entre las que destaca el temor a perder el contacto personal con sus médicos. La mayoría dijo sentirse cómodo si las visitas a su médico se realizaran por teleconferencia, en claro contraste con los profesionales, pues a la mitad no les resulta atractiva la idea de utilizar este sistema para pasar consulta.
Del mismo modo que los profesionales, los pacientes señalaron que la falta de acceso, el conocimiento y la confianza en la tecnología podrían ser el mayor obstáculo a la hora de adoptar la gestión remota. También les preocupan cuestiones como el coste y la privacidad.
Recomendaciones clave
A partir de lo que les confiaron pacientes y profesionales, los autores proponen una serie de recomendaciones para maximizar el potencial de la gestión remota.
1. Informar mejor. Aunque muchas personas han oído hablar de la gestión remota de pacientes, muy pocas saben lo que es. El primer paso para promover su implantación es explicar exactamente en qué consiste.
2. Dar a conocer los avances. Las autoridades sanitarias deberían estar al tanto de las iniciativas de gestión remota y divulgar sus resultados entre profesionales, pacientes y políticos.
3. Realizar un mayor esfuerzo de sensibilización, especialmente entre aquellos grupos con un mayor desconocimiento de la gestión remota.
4. Valerse de los pacientes entusiastas. Quienes ya se han beneficiado de la gestión remota pueden ayudar a promoverla, convirtiéndose en sus mejores embajadores.
5. Sumar al sector privado, pues parece conocer menos la gestión remota y estar menos dispuesto a aplicarla que el sector público. Se debe informar a los profesionales del sector privado sobre temas relacionados con los pagos del seguro médico y la confidencialidad.
6. Hacerla creíble. Para generar confianza, la información sobre la gestión remota ha de provenir de fuentes fiables, como profesionales médicos o autoridades sanitarias.
7. Tranquilizar a los pacientes, aclarándoles que la gestión remota complementa las visitas al médico, no las sustituye.
8. Ofrecer asistencia técnica. Muchos pacientes carecen de la tecnología, el conocimiento o la confianza necesarios para usar los sistemas de gestión remota. Por ello se les tendría que proporcionar la asistencia pertinente y los sistemas deberían tener diversos grados de sofisticación.
9. Proteger la privacidad e integridad de los historiales médicos en todo momento.
El estudio indica que los profesionales de la salud y, sobre todo, los pacientes no tendrían reparo en usar la gestión remota siempre y cuando complemente, no sustituya, las visitas al médico, les informe una fuente fiable y los sistemas de seguridad garanticen la confidencialidad del historial y de los datos personales.
¿Qué opinas de la gestión remota de pacientes? ¿Confías en la tecnología? ¿Crees que la tecnología puede acercar a pacientes y profesionales de la salud?
Si tienes alguna experiencia me encantará que la compartas aquí, en este que es tu espacio de opinión. Puedes poner el cursor sobre la caja que está más abajo para que se despliegue nuestro punto de encuentro. Tus comentarios son siempre bienvenidos.
¿Por qué este audio?
Eu sei que vou te amar es una bossa nova compuesta por Antonio Carlos Jobim y Vinícius de Moraes. Aporto aquí la primera versión, que apareció en 1970 en el álbum de Vinícius de Moraes En La Fusa con María Creuza y Toquinho.
Y hoy la traigo porque me encanta esta canción. No puedo esperar más. Aquí os la dejo con el deseo de que la disfrutéis tanto como yo. No tiene relación con el contenido del post. Tampoco con nadie que me haya pedido que hable de esto. Simplemente me gusta y la comparto con vosotros.
Porque compartir me hace feliz.
Esta información está proporcionada por medicointernista.es y no es su intención reemplazar el consejo del médico o del profesional de la salud. Por favor, consulte a su médico sobre cualquier condición médica específica. Última modificación: 16 de noviembre de 2014 a las 12:43 h.
Muchas gracias por seguir compartiendo, Doctora!
Muchas gracias por seguir viniendo, Andolini.
Desde luego, la evidencia no se puede obviar y esa evidencia es que el gran avance tecnológico de los últimos 30 años es fascinante y nos lleva de cabeza a temas y cuestiones como estas.
Parece que hay muchas más razones positivas que negativas en la telemedicina y yo, personalmente, creo que me decanto por ella, aunque también creo que esa relación de visita médica física entre médico y paciente irá dilatándose en el tiempo e incluso puede acabar desapareciendo. Es el precio de la tecnología.
El problema, creo, es que aunque la tecnología la tengamos al alcance de la mano, la implementación y la generalización del uso de estos dispositivos sólo está al alcance de unos pocos. Puede que se necesite un cambio generacional para ver esta ficción hecha realidad y que sean nuestros hijos los que se vayan a beneficiar del cambio. En cualquier caso, la tecnología nunca podrá sustituir el lado humano de ésta, mi profesión. Si no, ¿dónde quedo yo cuando Dr. Google te responda a todas tus dudas sobre salud?
Muchas gracias, Vicenç, por pasarte. Espero seguir viéndote por aquí.
Muy interesante el artículo. En el desarrollo de mi trabajo como Médico de Atención Primaria veo que se incrementan las visitas presenciales a ritmo vertiginoso, Ello a pesar del uso cada vez más frecuente del teléfono para solucionar temas puntuales y frecuentes de tipo más bien médico/administrativo. Se incrementa la edad de la población, la tecnología es cada vez más cara pero el desarrollo de la misma permite alargar la vida de las personas. Con lo que el volumen de pacientes crónicos aumenta exponencialmente y la demanda de consultas también. Y el gasto. Y esto amenaza la sostenibilidad del sistema. ¿Es la gestión remota una ayuda para estos pacientes cada vez más ancianos y enfermos crónicos, cada vez más solos por la estructura social que hemos creado entre todos?. Como dices igual no vemos esto hasta dentro de cincuenta años, cuando nuestros hijos alcancen su madurez,..pero algo hay que pensar.
Muchas gracias, Susana. Tu comentario y tu experiencia como médico de Atención Primaria merece una atención especial (no siempre se pasan por aquí mis colegas…).
No puedo estar más de acuerdo contigo. Desde la sanidad pública poco podemos hacer si no se nos aportan las herramientas oportunas, y eso lo comento también en la entrada. Políticos y empresarios tienen que ponerse de acuerdo para facilitar la accesibilidad a esta tecnología con la consecuente implicación en su implementación. Que los pacientes sean ancianos y estén enfermos no es un impedimento para que lo manejen adecuadamente, que puede resultar tan sencillo como encender el televisor, ¿no crees?
Espero volver a verte.
¡Hola Olga!
Al fin me paso por tu blog, y no me resisto a comentar este post, que me ha gustado mucho.
Es inevitable. La Medicina se ha de adaptar a la realidad de su entorno. Estas tecnologías ya son imprescindibles para nosotros y sospecho que los médicos de a pie vamos un paso por delante de los gestores y los políticos. Hace ya tiempo que hacemos consulta electrónica por nuestra cuenta, sin que esa actividad quede registrada en nigún sitio, porque el sistema no está diseñado para la “virtualidad”. Ahorramos cientos de visitas innecesarias y solucionamos problemas de baja complejidad que de otra manera suponen un trastorno para el paciente (desplazamientos, pérdidas de jornadas de trabajo) y un consumo de recursos (horas de consulta presencial) que han de ser destinados a resolver otros problemas.
Creo que estamos en una fase de transición generacional. Los pacientes más jóvenes no sólo no se sienten distantes, sino que que se sienten “conectados” con sus médicos. Hemos de entender que para ellos todo esto es el lenguaje natural que conocen. Es cierto que hay una población mayor a la que hay que dar soporte al estilo tradicional, pero en cualquier caso, la tecnología no pierde ese toque humano si la usamos correctamente.
Tecnología sí, pero con corazón 😉
Un saludo
Javier, muchísimas gracias por pasarte y me alegra que te hayas decidido, por fin, a comentar algo que te gusta. Tener la visión de otro internista en este tema enriquece este debate.
No puedo estar más de acuerdo con tu opinión. Si es que, en definitiva, el personal sanitario apuesta por las nuevas tecnologías, los pacientes también y ya educaremos a los menos adiestrados, que en otras visicitudes nos hemos visto… Entonces ¿por qué no acaba de implantarse la gestión remota del paciente? ¿Será una cuestión puramente política, una vez más, en tiempos de desencuentros económicos?
Pásate otra vez por aquí. Me ha encantado verte.